DOCUMENTOS RECIBIDOS EN ZAFARA

INFORMACIÓN ÚTIL PARA ESTUDIOSOS, CURIOSOS, HISTORIADORES, ETC.

Diccionario del año 1850, gracias a F. Croche de Acuña, Cronista Oficial, año 2003

 

 

 

 

 

 

Texto del Diccionario  Geográfico-Estadístico-Histórico de PASCUAL MADOZ publicado en 1850 (Tomo XVI, pag.444-447)

 

ZAFRA, villa con ayuntamiento en la provincia y diócesis de Badajoz ( a doce leguas), partido judicial de su nombre, audiencia territorial de Cáceres (a 23 leguas) , capitanía general de Extremadura, con administración subalterna de rentas, correos y lotería, y comandancia de armas.

SITUACIÓN Y CLIMA.

 En un espacioso valle que forman las peladas sierras de San Cristóbal al Noreste y Castellón al Oeste, a 7 leguas de la cordillera de Tudía, dependiente de Sierra-Morena, y en una especie de explanada que existe en medio de la falda de la primera, se encuentra esta notable villa con clima algún tanto cálido, ventilada de todos los aires, de modo que ninguno puede llamarse dominante, atmósfera despejada y poco propensa a enfermedades; sin embargo hizo en ella el cólera deplorables estragos, y se resiente la salud alguna vez, por efecto de las aguas corrompidas que se estancan en barrancos que hay a su inmediación, y que convendría nivelar para evitarlo.

INTERIOR DE LA POBLACIÓN Y SUS AFUERAS.

 Murada esta villa en los tiempos antiguos, subsisten todavía algunos restos de sus tapias, y se conserva su fuerte castillo, situado al extremo Este de la villa desde donde la domina. Esta fortaleza incorporada a la muralla por sus costados Norte y Sur, es de arquitectura árabe, y en su centro se edificó en el año 1437, por mandato de don Lorenzo Suárez de Figueroa el alcázar que habitaron por mucho tiempo los condes y duques de Feria. Fue reparado por los franceses en el año 1810, agregándole el edificio de Santa Marina, que fortificaron convenientemente, estableciendo en él el hospital militar y el punto de apoyo para proteger las comunicaciones desde Badajoz a Sevilla. Hoy están establecidas en él la contaduría del ducado de Feria y marquesado de Villalba, con un contador, tres oficiales y un portero, cuyos empleados con sus respectivas familias viven en el edificio. La muralla fue renovada a principios del siglo XV, tiene cuatro puertas principales colocadas a iguales distancias, denominadas del Cubo, de los Santos, de Sevilla y de Jerez. Entre ésta y la del Cubo se halla un portillo llamado del Niño, y en el año 1820 se derribó otro que se llamaba Puerta Nueva, situado entre la de los Santos y el castillo, estas dos puertas debieron ser de obra más moderna. Entrando ya en la población debemos hacer presente en primer lugar, que el ayuntamiento constitucional de 1842, por medio de azulejos que mandó construir en Sevilla, designó todas las localidades , refundiendo unas en otras, numeró las casas y puso orden a la administración, en términos que según aquellas importantísimas operaciones es facílisimo en el día saber cuanto concierne al buen servicio de los vecinos. Resulta por consiguiente que dividida en 8 cuarteles, tiene el 1º las calles de San Ildefonso, Boticas, Cruz, Agua, Diego Bastos y plaza de la Constitución, con 150 casas. El 2º, las calles de Sevilla, Pasteleros, Fuente Grande, Santa Catalina, Jerez y plaza de Isabel II, con 137 (casas). El 3º, las calles de Gobernador, Cerrajeros, Santa Ana, y plazuelas de Santa Marina y Pilar Redondo, con 115 (casas). El 4º, las calles de Iglesia, Maestranza, San José, Badajoz, Pozo y Nava, con 164 (casas). El 5º, las de Cestería, Garrotera, Matadero, Monjas y Campo del Rosario, con 160. El 6º, las de Almendro, Mártires y Campo de Marín, con 115. El 7º las de Tinajeros, Fontanilla, Cerrudo y Campo de Sevilla, con 69. Y el 8º las de San Francisco, Cabezo Leal, Ancha, y huertecillos de la cera, con 125; componiendo un total de 40 localidades y 1.035 edificios, de los cuales hay habitables mil, y el resto están hecho solares. Las casas de los cuatro primero cuarteles tienen dos y tres pisos, y 11 varas de altura; las demás con muy ligeras excepciones son de dos pisos, y guardan cierto orden de alineación. Exceden a todas en hermosura y elegancia, el alcázar de los Duques, cuyo patio es un cuadro perfecto de 361 varas cuadradas; sus columnas son de mármol; las del piso bajo áticas, y las de la galería redondas; y la casa de los señores Daza, cuadrada, con patio y galerías sostenidas por columnas de mármol, su arquitectura participa del orden dórico, corintio y jónico. La plaza de la Constitución es llana, cuadrilonga, circundada de soportales iguales, de 4 varas de ancho; y como las casas están a nivel, son de buena arquitectura, y sus espaciosos balcones y ventanas están poblados de macetas de flores, ofrécese un buen punto de reunión. La plaza de Isabel II, situada al Oeste de la anterior que se comunican por un soportal abierto en uno de sus ángulos, es más pequeña, de igual figura, con soportales en tres lados, cerrando el cuadro la casa consistorial. Las calles en general son rectas, espaciosas y medianamente empedradas. Su policía es bastante regular, porque casi todas están minadas de cloacas. Que reciben desde las casas, por medio de caños cubiertos, las aguas sucias, y las dirigen a puntos llamados caños generales, que desembocan fuera del pueblo en donde no se perjudica a la salud. Estas buenas disposiciones, el bonito aspecto general de la población, sus establecimientos, sus relaciones y su actividad le adquirieron  el sobrenombre de Sevilla la Chica. Ahora examinaremos si aún puede conservar ese epíteto.

Hay casa de ayuntamiento concluida en 1750, cárcel a su inmediación que se comunica interiormente, dos escuelas dirigidas por maestros de profesión a las que asisten 120 niños, otras dos de niñas al cargo de maestras examinadas en las que se educan 66, sostenidas todas por las retribuciones de los alumnos proporcionalmente, otra escuela gratuita al cargo de un pasante dotado con 900 reales anuales, a la que concurren 112 niños pobres. Tres hospitales: el de Santiago, de la propiedad del Señor Duque de Feria, tiene 43.000 reales de renta aproximadamente, que se emplean en medicinas y alimentos para 48 pobres, poco más o menos que recibe al año, y en los sueldos de administrador, capellán, médico, sangrador y enfermero. El de San Miguel, del que es patrono un vecino de la villa está destinado para enfermedades venéreas, pero no cumple el patrono con su objeto, por ser cortas las rentas con que se halla dotado. Y el de San Ildefonso, fundado para la convalecencia de los dos mencionados, continúa cumpliendo  su institución. Hay también una fundación llamada la Caridad, cuyas rentas consisten en 14.000 reales de censos, los cuales se invierten en socorrer a pobres enfermos naturales y vecinos de esta villa, asistiéndolos en sus casas de médico, sangrador y medicinas. Tres conventos de monjas, en los que subsisten las religiosas, a saber: Santa Clara, del orden de San Franciso, fundado en el año 1428 por el señor don Gomez Suárez de Figueroa y su mujer doña Elvira Laso de Mendoza, progenitores de los señores duques citados. Al abrir los cimientos de este convento se encontró una imagen de piedra blanca, con un rótulo que decía “Santa María del Valle, ora pro nobis”, por cuya razón se dio al convento esta advocación. Santa Catalina, del orden de Santo Domingo, fundado, según se cree, en los años 1500 por doña Inés de Santa Paula, aunque no puede asegurarse por haber desaparecido los archivos en las inundaciones a que estaba expuesto. Situado este edificio en el centro y punto más hondo de la población, una gran parte de las aguas que vierte la sierra de San Cristóbal entraban en el pueblo por el cercado y sitio llamado el Conejal, las que aumentadas considerablemente con otras del término y calles de los costados, confluían y pasaban por el edificio, causando en él y en las casas inmediatas deplorables estragos, hasta el año 1792, que por disposición del ayuntamiento se hizo una alcantarilla de 2 varas de altura, que recibiendo todas las aguas en el mismo sitio del Conejal, las conduce subterráneamente hasta fuera de la población, de modo que desde que se hizo esta obra, que hace honor a sus autores, no han vuelto a repetirse las inundaciones. Santa Teresa, Carmelitas Descalzas; se fundó en el año 1736, a expensas de doña María Serrano, natural de esta villa, por el ilustrísimo Señor don Amador Merino y Malaguilla, y otros tres suprimidos: la Cruz, fundado por María de la Cruz, profesa de la orden tercera, con otras beatas naturales de Zafra por los años 1536; el edificio actual fue comprado por las monjas en el año 1600; su iglesia se conserva con culto, parte del convento enajenado y el resto cedido al pueblo en el año 1842 para los establecimientos de enseñanza. Santa Marina, fundado en una antigua ermita de esta advocación; siendo primero beaterio, se erigió en convento el año 1521 y ha tenido varias ampliaciones y mejoras. Regina Coeli, fundado en 1537 por Fray Domingo Baltasar, dominico, en la casa número 41 de la calle San Ildefonso; eran beatas sin clausura y en el año 1607 se trasladaron al edificio actual, haciéndose profesas. Al tiempo de la exclaustración se refundieron las monjas de este convento con las del Carmen, y las de los otros dos con las de Santa Clara. Otros tres (conventos) de frailes también suprimidos: La Encarnación y Mina, dominicos, fundado en 1528 por doña Manuela Suárez y Figueroa, condesa de Medellín, que cedió a la orden sus bienes y rentas con este objeto y fue enterrada en la iglesia antes de concluirse. La arquitectura del templo es de orden dórico, cuyas columnas y bóvedas merecen la admiración de los inteligentes. San Francisco, o San Benito, fundado en 1480 por don Gómez Suárez de Figueroa, segundo conde de Feria, está en completa ruina desde el año 1809 en que los frailes se trasladaron a su enfermería, sita en la calle Ancha; ha sido enajenada y continúa abierta su iglesia con consentimiento del propietario. San Onofre, fundado por don Lorenzo Suárez de Figueroa en 1447; este convento se halla en el arrabal de la Lapa, distante a dos leguas de esta villa, que habiéndose emancipado hace poco tiempo formando ayuntamiento separado, se le ha concedido el convento destinando su iglesia para parroquia. Las tres iglesias de los hospitales; las capillas de la Aurora, Amparo y Caridad, colocadas sobre las puertas de la villa llamadas de Sevilla, de los Santos y de Jerez. El oratorio de la cárcel pública. Los de Nuestra Señora del Carmen, Nuestra Señora del Buen Suceso y Nuestra Señora de Guadalupe, de propiedad particular. Y por último la insigne iglesia colegial (Santa María de la Candelaria), que al mismo tiempo es la única parroquia de la villa, fue erigida por bula de Paulo V en 6 de diciembre de 1609 a solicitud de don Gómez Suárez de Figueroa, duque de Feria, creándose un abad mitrado, con uso de pontificales; tres dignidades tituladas, arcediano de Feria, chantre y tesorero; 12 canónigos, entre ellos un magistral y un doctoral, 8 racioneros y 8 capellanes. El patronato perpetuo de la colegial y la presentación de la abadía, dignidades y demás piezas eclesiásticas se concedió por la misma bula a los señores duques y al cabildo, con aprobación del Nuncio de Su Santidad en estos reinos. Pero como hace muchos años no se hacen provisiones con motivo del pleito seguido en la real cámara, y que está paralizado, está reducido el clero en el día a un canónigo, un racionero y un capellán, sosteniéndose sin embargo el culto con el esplendor que ha tenido siempre, pues el cabildo tiene nombrados para este efecto capellanes suplentes que llenan el número de los asignados. Por estas razones, el ilmo. Obispo de Badajoz remitió al Ministerio de Gracia y Justicia, con exposición de 20 de junio de 1836, dos copias del auto provehido en 11 del mismo mes, para la reducción de esta colegiata a su antiguo estado de pura parroquia y nada se ha resuelto. La cura de almas se ejerce por un canónigo y dos racioneros con aprobación episcopal, hallándose considerada como curato de término. El edificio se concluyó en 1545, a expensas de don Pedro Figueroa, conde de Feria, con motivo de haberse arruinado la iglesia anterior que se hallaba donde hoy es la plaza de la Constitución. Fue consagrada en 24 de marzo de 1546 por el illmo señor Trujillo, obispo de Badajoz, y al día siguiente se colocó el Santísimo Sacramento. La arquitectura del templo es de orden gótico; su portada principal de orden dórico y de mármol. La torre está sin concluir y en ella existe el reloj de la villa. El ayuntamiento goza desde tiempo inmemorial el privilegio de comulgar el Jueves Santo en esta iglesia con espada ceñida. No se sabe cuándo ni qué rey concedió este privilegio nada común en España, pero habiéndose opuesto a él el illmo. obispo de la diócesis, don Mateo Delgado y Moreno, fue confirmado en 1818 por real orden, que comunicó el señor presidente del Consejo de Castilla.

Las obras de ornato y recreo más notables son el paseo nuevo, por otro nombre la Alameda, con tres calles pobladas de álamos, y en la del centro un pilar redondo de piedra berroqueña y mármol, que vierte agua por 4 cañitos en línea vertical. Este paseo se comenzó en el año 1820 por el ayuntamiento constitucional de aquella época y se concluyó en el de 1840. La Plaza de Toros, al sur del pueblo, empezada en el año 1834 por disposición de la municipalidad con el objeto de facilitar medios de subsistencia a la clase proletaria, afligida por el espanto que le causaba el cólera; en aquel año se fabricó todo el círculo exterior, permaneciendo en tal estado hasta el de 1842, que invitado el pueblo por la misma corporación se decidieron 76 personas de las más acomodadas a suscribirse por 76 acciones de 1.300 reales cada una para concluir la plaza, adquiriendo el derecho de propiedad a los 76 palcos de que consta, sorteados entre los accionistas. A 400 pasos al Oeste se halla el cementerio, construido en 1834, en el mismo sitio en que se hallaba la destruida ermita de San Román, y a un cuarto de legua al Sur la de Nuestra Señora de Belén.

Se surte de aguas potables en el llamado Pilar del Duque, que toma su nombre por hallarse situado a la espalda del castillo; recibe el agua por medio de una cañería que la toma de un manantial llamado la Madre del Agua, a 400 pasos, y es tal su abundancia que surte a una gran parte de los vecinos, al pilar de la Alameda, a una charca inmediata de 252 varas de circunferencia y 3 de profundidad, destinada para abrevadero, a 2 estanques y un pilar que pertenece al castillo, a los conventos de Santa Marina y Santa Clara, a una fábrica de curtidos, a un molino de aceite, a varias casas particulares y mantiene además siempre lleno su recipiente, que es de 30  1/3 varas de largo y 4 ½ de ancho. Otro pilar llamado de San Benito en el barrio del mismo nombre, que recibe el agua de otro manantial que nace en el antiguo convento de San Francisco, y surte a otra parte del vecindario: al convento de Regina-Coeli, a la enfermería, al estanque del convento de la Cruz, a un lavadero formado al pie del mismo pilar, a varias casas particulares y l pilar redondo en la plazuela de este nombre. En tres pilares pequeños llamados del Piojo, Santa Catalina y las Carmelitas. En 4 fuentes repartidas en la población llamadas de los Tejares, Caldereros, Zapateros y Herreros. En dos pozos titulados de la Cava y Nuevo, y por último, no hay casa que no tenga su pozo de agua potable.

Están repartidas a diferentes distancias de la villa y con una proporción admirable 39 fuentes, todas de aguas exquisitas, sobresaliendo las de Aguzadera al Oeste, la Sangría al Norte y Blanca al Este ferruginosas. A ½ legua al Oeste se halla la Albuera, o charca propia del señor conde de Tilli, sostenida por una muralla de 6 varas de ancho, con 4.034 varas de circunferencia y 19 de profundidad. Recibe sus aguas de los campos de la Alconera y vertientes de la sierra del Castellar, formando, según diremos más adelante, una rivera que por espacio de una legua da movimiento perenne a los molinos harineros que surten la población en todas las estaciones.

TÉRMINO

Confina al Norte con el de Fuente del Maestre , al Este con Los Santos de Maimona, al Sureste con Puebla de Sancho Pérez a ½ legua de todos; al Sur y Suroeste, Medina e las Torres y Alconera a ¾ ; al Oeste con Feria s 2 leguas; formando una faja de 2 ½ leguas de longitud, una de latitud, y comprende 11.272 fanegas de sembradura, medidas con toda exactitud con motivo de la separación del arrabal de La Lapa y señalamiento proporcional a sus vecinos. De éstas son de pasto y labor y propiedad particular 8.012; de propios para igual aprovechamiento 1.000; de olivos 1.317; de encinas 943, y además 55 huertas agrupadas alrededor del pueblo, de 1 a 3 fanegas de cabida. Todas con agua de pie potable y abundante para el riego, pobladas de árboles frutales de todas clases y con su casa para el hortelano.

El monte de encinas de la dehesa del Rincón propia del hospital de Santiago, fue arrasado en la guerra de la Independencia, pero se halla nuevamente poblado de chaparros, que se cultivan y dirigen con esmero.

Le bañan el Guadajira en dirección de Sur a Norte, que divide su término con el de Feria; la rivera de la Albuera, que se forma de las vertientes de la charca ya citada, se une con la de Belén a corta distancia, la cual toma su nombre de la ermita de este título, y se forma de varios arroyos que confluyen a la vista del citado santuario: al reunirse estas dos riveras pierden sus respectivos nombres, sustituyéndoles el de Rivera de Zafra, la cual recibe en su curso a los arroyos Berganciano y Bris, que sólo corren cuando llueve y entra en el Guadajira, en el término de Fuente del Maestre. Sobre esta rivera a ½ legua de la villa en el camino de la Lapa, hay un puente de mampostería con 4 arcos, 40 varas de largo, 5 de ancho y 6 de alto. En la de Belén frente a la ermita otro con los arranques de mármol, 3 arcos, 16 varas de largo, 4  de ancho y 6 de elevación; en todo su curso hasta que pierde su nombre, otros tres pequeños llamados la Carrascosa, Marchena y Sutil, todos de cal y ladrillo de uno y dos arcos, de 4ª 8 varas de largo, 3 de ancho y 4 y ½ de alto. En el arroyo Berganciano otro puente de mampostería y ladrillo de 24 varas de largo, 2 y ½ de ancho y 3 y ½ de alto, situado en el camino que se dirige a la dehesa nueva, y por último el puente del Guadajira, a la izquierda del camino de Feria, de 5 arcos, 44 varas de largo, 4 y ½ de ancho y 5 de elevación.

                CALIDAD DEL TERRENO

                Todo es desigual: la sierra del Castellar, así llamada por haber existido un castillo en su cumbre, está coronada de peñascos desde su nacimiento en la ermita de Belén hasta la Albuera, donde concluye extendiéndose  ½ legua. Está aislada como todas las del término, las cuales se prolongan de Este a Oeste, y sus peñascos tienen en el sitio más elevado 54 varas. Su calidad es una pizarra arcillosa que sólo produce en fuerza de grandes adelantos, en abonos y labores y no admite clasificaciones por ser todo inferior. Hay una veta mineral de cobre, que corre de Este a Oeste por espacio de tres leguas, con varias catas hechas de antiguo y vestigios de haber sido beneficiada, pues que aún se conserva el socavón y 5 pozos. Es escaso de combustible y se surten los vecinos de este artículo en los pueblos inmediatos.

                CAMINOS

Pasa la carretera de Badajoz a Sevilla a ½ legua al Norte y se junta en el pueblo de los Santos con la de Mérida. En la dehesa del Rincón al Norte se ha abierto un ramal que entra por las calles de esta villa y va a buscar otra vez la carretera a 2 leguas al Este. Esta obra se está haciendo a costa del pueblo voluntariamente, y le promete grandes ventajas, porque además de poner en expedita esta comunicación esta importante villa con las dos citadas capitales, ahorra a los viajeros ¾ de leguas de camino. Todas las comunicaciones vecinales se han mejorado extraordinariamente desde el año 1838 hasta el día, merced al desvelo de los dignísimos ayuntamientos constitucionales y vecinos que han promovido estas mejoras, y con ellas la subsistencia de infinitas familias. A ellas se debe el multiplicado uso de los carros, cuando pocos años antes, apenas se veía uno.

 

CORREOS

 

Tiene administración caja, a la que están agregadas las estafetas al 15 por ciento de Jerez de los Caballeros, Fregenal de la Sierra, Segura de León, Fuente de Cantos, Bienvenida y Villagarcía, para cuyos puntos hay establecidos conductores transversales  de nombramiento de la dirección general y pagados por la renta. También dependen de ellas las carteras de los pueblos de la circunferencia, cuyos conductores están pagados por los ayuntamientos. Hace tránsito la correspondencia que desde Badajoz se dirige a Sevilla por Llerena, Cazalla y Constantina y viceversa, despachándose tres veces a la semana .

 

PRODUCCIONES

Por regulación quinquenal  ascienden las cosechas a 7.000 arrobas de aceite, 6.000 de vino, 9.000 fanegas de trigo, 5.000 de cebada, 900 de habas y 500 de garbanzos. Se siembra poca avena y apenas judías, y es abundante en hortalizas y frutas de todas clases. Se mantiene ganado lanar, cabrío y de cerda en escaso número: 40 yeguas con 2 caballos padres; 20 yuntas vacunas, 200 cerriles, 200 mulas de labor, 225 caballerías menores y 33 caballos de regalo; y se cría alguna caza menuda, la pesca común de los ríos y tencas en la charca referida.

INDUSTRIA

Dos establecimientos de platería y un ensayador de metales, los cuales sostienen 4 oficiales plateros y un diamantista; 2 veloneros, 3 hojalateros, 2 caldereros y las demás artes y oficios propios de todo el pueblo; una fábrica de aguardiente, 20 molinos de agua; 9 tahonas de una, dos y tres piedras; 11 vigas y 2 prensas de aceite, y 6 fábricas de curtidos, en las que se elaboran correjeles, cordobanes, tafiletes y regadas. Los cueros vacunos al pelo proceden en su mayor parte de América, entre los que se eligen por su mejor calidad los de Buenos Aires; las pieles cabrías y lanares son de la provincia. Se curten próximamente 4.000 cueros vacunos del peso común de 22 libras; 6.000 pieles cabrías y 2.000 pellejos lanares. Esta industria ha decaído notablemente; hay cerradas otras 8 tenerías, y ya no existe la famosa fábrica de pieles finas, de las que se fabricaban guantes, que según la expresión de los viajeros se metían en una cáscara de nuez.

COMERCIO

Dos almacenes y 18 tiendas de géneros de lana, hilo, seda, algodón, quincalla y regatonería, que se surten en Sevilla y Cataluña, y que expenden a los mercaderes de los pueblos comarcanos. Se exporta el aceite para Castilla, el trigo a la provincia de Sevilla, y los efectos de sus fábricas a todos los pueblos de la provincia.

FERIAS

Se celebran 3 en el año: la de Disantos en 2 de febrero; la de San Juan en 24 de junio y la de San Miguel el 29 de septiembre. La primera limita sus negociaciones al comercio del pueblo y de Sevilla y un corto número de caballerías que presentan los gitanos; la segunda es más concurrida de comercio y caballerías, ganado vacuno, cabrío y lanar, y la última es acaso la más brillante de la provincia: Hubo años que se registraron en ella 40.000 cerdos, en esta proporción los demás ganados y concurrían comerciantes de todas partes, especialmente de Madrid, Aranjuez, Toledo, Valladolid, Barcelona y Sevilla. Pero esta feria, como todas las cosas, ha venido a menos y de algunos años a esta parte sólo pueden contarse unos 12.000 cerdos, 500 reses vacunas y un corto número de caballerías y ganado lanar y cabrío. Los comerciantes son de Sevilla con géneros de seda, hilo y algodón procedentes de Cataluña, y bisutería y quincalla extranjera; los cordobeses con cordonería y platería; los cameranos y valencianos con paños de Ezcaray, Alcoy, Tarrasa y otros puntos del reino; los de Torrejoncillo, Cañaveral, Albalá, Torremocha (Cáceres), con paños de estos puntos; los de Montoro y Pozo-Blanco (Córdoba), con paños y bayetas; y los de Zamora con lienzos gallegos. Los negocios que se hacen todavía en las 3 ferias ascienden a una cantidad considerable: hubo mercados en la antigüedad, que se celebraba el jueves de cada semana, de cuya cesación así como de la concesión de las ferias y del mismo mercado no se tiene noticia, por haber desaparecido los archivos de la villa durante la guerra de la Independencia: Pero en el de la casa del señor duque existe una real provisión de los Reyes Católicos, fecha 12 de julio de 1490, confirmando a la casa de Su Excelencia, señora entonces de este pueblo, la regalía de las ferias y mercado que venían celebrándose desde siglos anteriores; en 1510 se confirmaron de nuevo por la reina Doña Juana, y en 8 de septiembre de 1709 se expidió otra real ejecutoria por el Señor Don Felipe V, declarando en perpetua propiedad a la casa de los citados duques, las ferias y mercados de esta villa.

FIESTAS

La de la Dominica  in albis en la ermita de Nuestra Señora de Belén.

POBLACIÓN, RIQUEZA Y CONTRIBUCIÓN

1.075 vecinos, 5.280 almas; CAPITAL PRODUCTIVO: 26.793.181 reales; IMPONIBLE,: 2.194.585. CONTRIBUCIÓN: 195.151 reales y 17 maravedises. Culto y Clero: 46.134. PRESUPUESTO MUNICIPAL: 30.366 reales, del que se pagan 4.400 al secretario; y se cubre con el fondo de propios, que consiste en el producto de las 1.000 fanegas de pasto y labor que hemos indicado, y repartimiento vecinal. En estos cálculos está incluido el hoy lugar de la Lapa, que en época de la formación de la matrícula, constituía un solo ayuntamiento con esta villa.

HISTORIA

Es población antiquísima, que figura en la geografía de la España romana con el nombre Segeda, y los honoríficos dictados de Restituta Julia, según Plinio, quien expresa haber sido esta  Segeda fundación de los celtas lusitanos trasladados a la  Beturia. Rodrigo Caro halló en ella una inscripción con el patronímico  segedensis.  No asoma en la historia hasta la relación de las conquistas de San Fernando obtenidas sobre moros. Este rey la ganó en 1240 y fue repoblada de cristianos. En 1284 se contaba entre las ciudades y villas que componían el fundo total de la reina doña María, mujer de don Sancho IV. Don Gómez Suárez de Figueroa la compró a don Enrique III y por privilegio de 28 de febrero de 1394 formó parte del ducado de Feria. Con este título paró mas tarde en la ilustre casa de Medinaceli. Gozó aún esta villa de grande importancia y considerable riqueza, habitándola familias muy distinguidas, que han procreado numerosos varones eminentes en las diversas carreras del Estado. El escudo de armas de esta villa ostenta, en campo dorado, una jarra azul con azucenas a la derecha; y a la izquierda un castillo sobre peñas. Han ilustrado su nombre sus ilustres naturales Fernando de Zafra, señor de Castril y secretario de los Reyes Católicos; Gómez de Rivera, escribano que actuó en la comisión de Francisco de Bobadilla en la isla española con motivo de los desórdenes ocurridos en ella año 1499. Don Alfonso Ramírez de Prado, consejero de Castilla y autor de una obra inédita sobre el derecho de Felipe II a suceder en la corona de Portugal. Cristóbal de Mesa, insigne literato y poeta cuyas copiosas obras merecen particular aprecio. El jesuita Diego López también escritor distinguido en obras místicas. Juan Coles, autor de una obra inédita sobre el descubrimiento y la conquista de la Florida, en cuya obra fue su colaborador Alfonso de Carmona. Don Lorenzo Ramírez de Prado, consejero de Castilla y autor de muchas apreciables obras. Pedro Ramírez distinguido teólogo y escritor. Rodrigo López de Segura, que escribió sobre el juego del ajedrez. Don García de Silva embajador en Persia. Don Gómez Suárez de Figueroa, obispo electo de Segovia. El poeta don Vicente García de la Huerta. Don Juan Justo García, escritor notable en ciencias exactas y geografía. Don Juan Álvarez Guerra, enriquecedor del rico diccionario de agricultura del abate Bozier. Los célebres militares don Fernando Jaramillo y Andrade, don Tomás Ugarte y Liaño, don Francisco Javier Venegas de Saavedra y don Francisco Javier Fernández.

                FIN DE LA RELACIÓN DE PASCUAL MADOZ

 

 

 

 

Fondo y textos, gracias a mi amigo F. Croche de Acuña

 

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